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La OMS estableció el 10 de septiembre como el “Día Mundial para la Prevención del Suicidio”, con el objetivo de que las naciones del mundo implementen y promuevan acciones para su prevención, justo a la semana siguiente iniciábamos una serie de talleres virtuales, en los que acostumbramos hacer actividades rompe-hielo. Resulta que una de ellas era el famoso “Ahorcaito” Ese juego en el que se tiene que adivinar una palabra proponiendo letras, que si hacen parte de la palabra la van completando y si no se van acabando las oportunidades.

Aunque dicho juego lo habíamos normalizado, nos percatamos la incoherencia que habría en llevarlo a cabo justo después de hablar de prevención del suicidio, de lo que representa la dinámica del juego y quisimos cambiarlo.

Comenzamos a buscar nuevas opciones, nos dimos cuenta de que en Google salían otras alternativas porque ¡ajá! otros ya habían llegado a la conclusión de que este juego necesitaba una alternativa, porque de alguna forma es violento. Así que les presentamos el Spaceman o como le llamamos nosotros: el “raptaito” ya que la meta no es evitar que alguien sea ahorcado sino que se raptado por los extraterrestres (confieso que si yo fuera ese muñequito pediría que me dejen llevar porque de verdad quisiera una vueltecita en la nave XD)

Esa simple acción, cambiar la dinámica de un juego, causó un impacto gigante en mí, me di cuenta de que paso a paso se puede transformar este mundo, me di cuenta de que estar en presente al construir el taller no dejó pasar de largo algo que normalizamos por décadas, también me sentí orgullosa de pertenecer a un equipo que toma decisiones y está abierto a nuevas posibilidades. Ahora tú que lees esto piensa ¿Qué cosas se te pasan de largo? ¿Qué estás normalizando en tu día a día que podría ser mejor diferente? ¿En qué momento te has “dado permiso” de hacerlo diferente?

Se critica mucho a la llamada “generación de cristal” que según el estudio titulado “Is the Snowflake Generation More Sensitive? Research from the Teaching of the New Generation”, dicha generación también conocida como “generación de copos de nieve”, es un término que se usa a menudo para las personas nacidas entre 1995 y 2010. El diccionario Collins da una definición simple: «La generación de personas que se convirtieron en adultos en la década de 2010, vistos como menos resistentes y más propensos a ofenderse que las generaciones anteriores». ¿Sería alguien de dicha generación quién haya decidido cambiar el Ahorcahito por el Raptaito? ¿Son ellos los que son débiles por demostrar sus emociones? ¿Es de débiles alzar la voz ante lo que se creen injusticias? ¿Es de débiles un mundo más inclusivo? Me cuestiona mucho si los débiles son ellos o hemos sido nosotros.

SOMOS PODEROSAMENTE EMOCIONALES – VER POST

En ese mismo taller muchos, cuyos asistentes eran líderes de las generaciones Baby Boomer y Millenial, en un momento profundo y en el cuál se les invitaba a la vulnerabilidad de forma anónima, comenzaron a reconocer estar pasando por momentos tesos en su vida, resalto frases como “Me hago el fuerte pero por dentro estoy triste” “Creo que no soy suficiente” “Tengo el síndrome del impostor” “Tengo ataques de pánico pero los oculto en la oficina” “Soy más ansiedad que persona” “Estoy medicada todo el tiempo y nadie sabe” me hicieron cuestionar si más allá de generaciones, edades, cultura u otros, en este momento estamos alzando la voz, dándonos el permiso de expresar lo que sentimos de formas más genuinas y honestas. No creo que seamos más “débiles”, es que el mundo está cambiando y no solo debe cambiar la educación en salud mental, la prevención del suicidio y de otras enfermedades, debe cambiar el sistema que lo causa, los trabajos que detonan, las relaciones que enferman.

Aunque asusta que en los entornos laborales se estén presentando tantos casos referentes al tema, es un tiempo con muchas oportunidades para hacerlo diferente, la prevención es la clave.

Uno de los modelos que tenemos desde Cultness que brinda herramientas para obtener bienestar subjetivo es el modelo SPIRE del Dr Tal Ben Shahar, que se basa en buscar un cierto equilibro en las esferas que nos componen como seres humanos. Esferas Espiritual, Física, Intelectual, Relacional y Emocional, por sus siglas en inglés.

Cuando las conocemos, entendemos y nos dedicamos a equilibrarlas estaremos “abonando” a nuestra salud mental. Nosotros hemos creado unas experiencias alrededor de dichas esferas, para que las personas no solo las entiendan, sino que las vivan y puedan constatar por su propia experiencia que efectivamente generan bienestar. Y según el punto que toqué arriba, este tipo de intervenciones no solo las necesitan las generaciones que llegan, sino las actuales que aunque no lo acepten en general, también llevan cargas muy pesadas y peor, en secreto. Si quieres que más personas sean de las que buscan alternativas al “ahorcaito”  y deseas ampliar información acerca del modelo SPIRE y como lo entregamos desde Cultness, escríbenos.

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