Skip to main content

Hace poco hablaba conmigo mismo (confieso que hablo solo pero en realidad, ¿quién no?) y reflexionaba sobre unas palabras de mi terapeuta sobre algo personal pero que veo en la sociedad y en mi trabajo constantemente.

Plantearé estos cuestionamientos en primera persona, como si estuviera replicando la conversación que tuve con Nicolás, pues estos pensamientos desorganizados que aún siguen estando abiertos y sin resolver, quizás resuenen con alguien más. La conversa, desordenada y dispersa como yo, fue más o menos así:

“¿Por qué siempre quiero ser mejor? Que cagada eso de ser competitivo, aunque la verdad a veces me sirve. La psiquiatra tenía razón al decirme que soy un tirano conmigo mismo… ouch! Que lindo pero verracamente difícil es esto del autodescubrimiento, de querer ser mejor persona cada día. Debo aprender a cuidarme. Debo más bien parar de obligarme a cosas. Debería dejar de escuchar tantos “deberías” que el entorno y hasta yo mismo me impongo. Yo creía haber “muteado” esa vaina pero no.

Me fastidian esos imperativos o “deberías” que me bombardean constantemente en cada entorno en el que estoy. ¿Cómo hago pa’ que esto no lo promovamos desde Cultness? Deberíamos matizar más los discursos y los “deberías” que damos en nuestras intervenciones, aunque algo hemos mejorado.

Quiero ser mejor pero también quiero hacer pereza, enfadarme, alejarme de las redes, pegarme a las redes, ser débil, dormir 10 horas, quiero a veces solo descansar y hacer lo que quiera. ¿Será esto “malo”? Uy cómo me cuesta hacer lo que no quiero aunque sé que debo, reconozco el valor en eso. ¿Será que estoy siendo muy egoísta? ¿sigo siendo muy egocéntrico o narcisista? ¿me hará eso una “peor” persona o estoy pausando mi deseo de ser “mejor” persona?

Cada vez que entro a LinkedIn veo más solicitudes de amistad para venderme un embudo automatizado de ventas y 100 posts con las claves para X o Y. La psicología positiva me dice que esto es “bueno”. La espiritualidad me dijo que aquello también. Un amigo dijo que está haciendo ejercicio juicioso y me antojé. Aunque reconozco que “crecer duele” aún sigo pensando en las palabras de la terapeuta, pero ¿cómo balanceo el poner límites y ser auténtico con lo que verdaderamente quiero hacer sin ser egoísta o llevado de mi parecer?

Por el momento me enfocaré en los “deberías”. Esto es sencillo, pero lo tengo que volver a escuchar: contrario a la sabiduría popular y sin demeritar a quien lo haga y lo encuentre satisfactorio (o hasta sufra en el proceso), pero Nico: no tienes que escuchar podcasts, no tienes que leer libros, no tienes que meditar ni hacer yoga, no tienes que ir a terapia, no tienes que tener el último iPhone, no tienes que ser vegetariano, no tienes que publicar 5 veces por semana, no tienes que dejar de comprarte lo que quieres. Sería beneficioso, seguro, pero no lo tienes que hacer. Lo que tienes que hacer es cuidarte para que quienes tengan algo que ver contigo puedan conocer tu verdadera esencia, eso es también darles lo mejor de mí. No tiene que ser tan costoso ser mejor… a veces basta con solo ser.

¿Qué gano con ponerme esa lista mental de chequeo que si no cumplo me castigo? Ahí la cura resulta peor que la enfermedad como diría esa canción de salsa que no me acuerdo bien de quién es.”

Nicolás González Restrepo

Titán del Relacionamiento

Loading

One Comment

  • me parece genial esta labor Nicolas. los felicito y muy bacano lo que ustedes como grupo de trabajo realizan saludo cordial estos días hablamos cuando requería hablar con Laura. Gracias

Dejar un comentario