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La inteligencia artificial, El desafío de lo humano

En los últimos meses ha habido un revuelo alrededor de la inteligencia artificial, su uso, límites y sobre todo riesgos, y para ser honesta me puse a pensar en eso que tanto afectara o no, no solo las organizaciones sino las relaciones y forma de trabajar dentro de ellas.

Entre tantos detractores y otros que aseguran que esto es el futuro, pensaba en como lo más normal era sentirnos incomodos y hasta asustados por el cambio, por lo nuevo, pero al buscar información me encontré con que, en realidad, hace mucho que esto anda rondando la humanidad y el cómo nos relacionamos, “En 1997, el programa de inteligencia artificial Deep Blue de IBM derrotó al campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov en una partida de ajedrez. Esta fue una de las primeras veces en las que una máquina superó a un ser humano en una tarea considerada altamente cognitiva”, es decir, nos superó en una tarea en la que normalmente creemos que como seres humanos llevamos “ventaja” y ahí comienza a parecer no tan buena idea, ah, pero cuando se trata de que si nos sirva a nosotros directamente, para beneficiarnos, todo cambia, porque en realidad llevamos años conviviendo de cierta forma con las mieles de estas tecnológicas, un ejemplo sencillo de esto es el uso de Siri o Alexa, y ahí casi nadie anda pensando en que van a terminar dominando el mundo y nos restan autonomía o poder

Normalmente cuando hablaban de como la tecnología iba a terminar por dejarnos a todos sin trabajo, yo reaccionaba con cierta tranquilidad y debo admitir que quizás hasta con arrogancia , argumentando que como psicóloga difícilmente eso me iba a afectar, porque nosotros trabajamos con eso que no se podía programar, emociones, empatía y capacidad de contextualizar; como perdiendo de vista que todos hacemos parte de una sociedad y que por ley del campo, todo lo que pase en mi entorno, me va a interferir.

“El futurista alemán Gerd Leonhard, autor de un libro cuyo título no deja lugar a dudas: La tecnología contra la humanidad, el choque entre el hombre y la máquina”, ha repetido constantemente que si bien, hay que tener en el radar los riesgos, es definitivamente necesario adentrarnos en el futuro sin ser “alarmistas”, entiendo que al fin y al cabo, «La tecnología no tiene ética, pero la humanidad depende de ella», y somos nosotros quienes debemos elegir, el como del proceso

Yo en lo personal me siento cuestionada en ese cómo, desde la humanidad en las organizaciones, si solo con la llegada de la virtualidad y el trabajo remoto, el distanciamiento y formas de relacionarnos se han tornado un poco superficiales por no decir que nulas, con cámaras apagadas, micrófonos silenciados, hablando y compartiendo con personas a quienes no les hemos visto nunca el brillo en sus ojos… como será si con la IA se automatizan aún más procesos y terminamos hablando solo de humano a máquina y de maquina a humano. ¿Te suena aterrador?, a mi me sorprende imaginar que quizás para muchos, esto sería un sueño hecho realidad.

En realidad creo que el desafío está en ir a algo básico de nuestra humanidad, el contacto, aceptar con amor que está en nuestra esencia ser seres sociables, responsabilizarnos de que la IA como todas las otras posibilidades del mundo, depende, si o si de lo que cada uno de nosotros elijamos hacer con ellas, yo sueño con que la tecnología a nivel general, nos permita alivianar cargas y tareas, dando paso a tener mayor tiempo de calidad y disfrute, y supongo que, solo el tiempo dirá si ese sueño se hace realidad.

Diana Velilla

Titan del arte.

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