Haber trabajado en lo que veníamos trabajando hasta este punto me hizo reconocer lo trascendental y lo mucho que impactó en la vida de la gente todo este enfoque de felicidad. Hasta ese entonces era algo muy novedoso y, si se quiere pensar, hasta disruptivo el que empresas pusieran sus esfuerzos de cultura organizacional en el bienestar y felicidad de su gente.
Cada que transitábamos en este camino, más me reafirmaba que no podía ser otro el sendero a recorrer con todos nuestros contentos. Y en esa medida, mi propósito también se iba aclarando. Además, veníamos de trabajar muy fuerte en transmitir a nuestros integrantes el propósito superior de la compañía. (Lee aquí cómo nace nuestro propósito).
Uno de mis libros insignia a nivel organizacional es El Capitalismo Consciente, escrito por John Mackey, Co-CEO de la cadena norteamericana Whole Foods Market, y Raj Sisodia, el que podría ser considerado el padre de este movimiento. El Capitalismo Consciente indica que:
“Los negocios tienen un impacto positivo mucho más amplio en el mundo cuando se basan en un propósito superior que va más allá de solo generar beneficios y crear valor para los accionistas. El propósito es la razón por la que una compañía existe. Un sentido convincente de un propósito superior crea un grado extraordinario de compromiso entre todos los públicos y cataliza la creatividad, la innovación y el compromiso con la organización.”[1]
Estoy convencida de que ese por qué de las organizaciones también es una cuestión que se debe aplicar a las personas. Cuando encontramos ese propósito, esa razón de vivir, de repente nuestro mundo cambia y hay sentido en nuestra existencia. Richard Leider, el autor de El poder del propósito, en diferentes conferencias suele preguntar a cada audiencia a la que le habla: ¿cuáles son los dos días más importantes de tu vida? Su respuesta siempre es: “el primero es obvio: el día en que naces. El segundo es el día en que descubres por qué naciste.”
Cuando empiezas a vivir desde tu propósito, empieza a incrementar el deseo de trascender con tu mensaje. Y esa ha sido una de las cosas que me ha sucedido en este proceso: el expandir mi propósito se ha convertido en un anhelo profundo y ¿por qué no? una necesidad. Fue justo ahí donde comencé a desarrollar habilidades que sabía que necesitaba para expandir mi propósito: convertirme en speaker y escritora.
Pero para ello, debía escuchar a otros, inspirarme y aprender de los que ya venían en ese camino. Fue así como me aventuré a un congreso de felicidad durante 3 días en el que recibí muchísimo conocimiento sobre bienestar integral y felicidad en el ser. Sin embargo, me quedaba un sinsabor: nada de este conocimiento se enfocaba en el aspecto laboral y las empresas. Fue allí en ese punto donde algo hizo clic dentro de mí y pensé: ¿por qué no llevar todo esto que hemos logrado en Contento a otras empresas para que empiecen a trabajarlo a su vez?
Y ahí, podría decir, que nace Anggy como conferencista, Anggy como escritora y Anggy con el deseo de seguir expandiendo su propósito: si desde Contento hemos podido llevar felicidad a las personas y hacer que nuestros integrantes vivan en propósito, estoy segura de que muchas más empresas podrán hacerlo. Y sabía que, para darle más eco a ese mensaje, no bastaba con contárselo a las personas que nos visitaban en los recorridos que hacemos en Contento, sino que ello requería de mí vencer miedos para trascender. Sí, hablar en público era el miedo más grande que yo tenía en ese entonces.
A la par de escribir, esas dos habilidades me exigieron trabajar de manera incansable y vencer mis miedos. Cometí errores en un principio, sí y muchos, pero en eso consiste todo este proceso: en retarse, dar el paso aún con ese miedo que nos invade y darnos cuenta, tarde que temprano, de que sí somos capaces.
En mi curso en el Disney Institute nos dijeron algo que ha llamado mucho mi atención hasta hoy y es “puedes estar fuera de tarea si estás en propósito”, esto lo que quiere decir es que cuando estás en propósito no importa tanto el oficio o actividad que estés realizando. Y para mí, trabajar mis miedos y vencerlos ya era estar en propósito porque sabía que detrás de eso estaba ese sentido de expandir mi mensaje de felicidad a miles de personas.
Soy una fiel convencida de que el propósito superior le da sentido a la existencia y te da la convicción de levantarte con un por qué cada día.
Y tú que me lees, ¿ya viviste ese segundo día más importante de tu vida?
¿Quieres descubrirlo? Nosotros te ayudamos a encontrar ese propósito, tenemos un taller dedicado a que descubras para qué naciste. ¡Contáctanos!
[1] John Mackey y Rajendra Sisodia. Conscious capitalism (Harvard Business Review Press. 2013). Pág. 33.